26 de octubre de 2011

"Desahuciados" (Callejeros - Productora Molinos de Papel - Cuatro)

picha AQUÍ para ver el reportaje en Cuatro
Andaba en el Deshaucio de Victoria (a pie de calle) y en el de la ONG pro-Palestina de Princesa (ambos en Madrid). Especialmente contento de la pequeña cámara discreta que coloqué, y por la que nos felicitaron, para la llegada de la policía y del cerrajero que capta el momento de reventar la cerradura (y al abrir esperaba yo al otro lado con la cámara)...
Un reportaje de Carlos Cachafeiro
Imagen Jesús Gómez, Jaime Díaz y Javier Cano
Edición Rubén Perán
Redacción Pedro Mardonés
Realización Juanjo Bolaños y Carlos Cazallas
Producción Sara Montoliu
Productora Delegada Olga Cabanillas
Subdirección Sonia López y Marce Rodríguez
Directora Carolina Cubillo
Una producción de Cuatro y Molinos de Papel

25 de octubre de 2011

"En Negro" (Callejeros-Productora Molinos de Papel-Cuatro)

pinche AQUÍ para ver el programa en Cuatro
De cámara de apoyo en este reportaje de la productora Molinos de Papel, programa Callejeros (Cuatro). Estuve junto con Álvaro Martín en Sevilla, grabando a la peluquera, al osteópata y a la profesora particular.
Un reportaje de María Pérez y Álvaro Martín
Imagen David Serra y Javier Cano
Edición Israel Domínguez y Julián Sánchez
Realización Juanjo Bolaños y Carlos Cazallas
Producción Sara Montoliu
Productora Delegada Olga Cabanillas
Subdirección Sonia López y Marce Rodríguez
Directora Carolina Cubillo
Una producción de Cuatro y Molinos de Papel

"15-O Madrid" (Javier Cano, 2011)



Realización/Fotografía/Montaje: Javier Cano
Música: Retreat! Retreat! - 65daysofstatic

This band is unstoppable!

El 15-O visto a través de los ojos de mi cámara...
Licencia Creative Commons
15-O Madrid por Javier Cano se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Reconocimiento-SinObraDerivada 3.0 Unported.
Basada en una obra en vimeo.com.

24 de octubre de 2011

Barcón y Casado




Hace ya un año que hice la realización, la fotografía y el montaje de este vídeo para la empresa Barcon y Casado (http://www.barconycasado.es/), empresa dedicada a la recuperación de motores eléctricos, bombas y compresores. Quedaron muy contentos, yo flipaba con la imagen y los colores de los hilos de cobre: me quedo con el proceso de preparación de bobinas...

MÚSICA:
Loden (bajo licencia Creative Commons) en Proceso sin equilibrado.
Yunus (bajo licencia Creative Commons) en Equilibrado.

3 de octubre de 2011

"Black Swan" (Darren Aronofsky, 2010)


Vi esta película con B. Donde yo me centré en una crítica a un tipo de vida-trabajo (en este caso "también" tándem inseparable) B. se centró en algo mucho más interesante: la relación de la madre con la hija.

Respecto a lo primero se conjugan en la danza factores como la disciplina, el individualismo, la competitividad, la ambición, el ansia de superación, el nivel de entrega (¿prostitución?) y de negación de todo lo demás (¿de una identidad también al entregarnos a algo que nos ocupa todo?) que forman la columna vertebral del capitalismo. No olvidemos que es un sistema que para crecer necesita alimentarse y para ello comer, tanto que a veces se come a sí mismo inventándose la comida. Pero la mayoría de las veces lo que se come para crecer es la vida de sus peones, que creen que engordan (y a veces ocurre) pero en su mayoría simplemente mueren en el proceso para alimentar a la bola grande, en plan Ósmosis (by the way recomiendo este juego...)

"Y hasta aquí puedo leer"- decía Mayra Gómez Kemp. Si no has visto ya la película no sigas leyendo.

Respecto a lo segundo es la típica relación de madre posesiva, que tiene una hija como quien se compra una perra. Ya hablé algo de este tema por aquí. La madre se ama a sí misma por encima de todo y ve a su hija como su posesión. ¿Cómo enfrentarse a esto cuando además la hija la idolatra? Pues sólo hay una opción: la destrucción del ídolo, aunque no es exactamente el ídolo lo que se destruye, es la imagen lo que hay que cargarse y no puede ser más evidente en la película con todas esas fotos... El caso es que el mensaje de la madre sobre el futuro de su hija está muy claro: no fui algo (por tu culpa), ahora te toca serlo a tí, que eres mi prolongación de vida para segundas oportunidades. Más concretamente algo como: "no fui bailarina porque me quedé embarazada de ti, no me falles ya que me jodiste la vida. Me lo debes".

Lo realmente interesante viene de juntar estas dos ideas. La relación con la madre y el mundo de exigencia competitiva de la danza (por ejemplo, la danza). La madre lanza un mensaje doble contradictorio: Por un lado quiere que su hija sea la mejor en su sector, por otro le ofrece deliciosas tartas que rompen el régimen estricto que tiene que seguir. Por un lado recibe el mensaje represor de la madre, de control absoluto (joder, que no puede ni masturbarse tranquilamente), que le obliga a mantener la puerta abierta y por otro el mensaje de sus instintos. Estos mensajes en direcciones opuestas al mismo tiempo, superposición de mensajes contrarios, ¿qué producen? Psicosis es la palabra. Y para describirla (alucinaciones incluidas) quien mejor que el director de fotografía de "Requiem for a Dream" (Darren Aronofsky, 2000), Matthew Libatique. La psicosis tiene un caldo de cultivo ideal en nuestra sociedad de mensajes contradictorios. Contradicciones en forma y fondo. La imagen empieza a no significar nada cuando estamos en el reinado del marketing. Contradicciones culturales y religiosas. Contradicciones educacionales, una educación basada en el mensaje, no en la actitud: "no hagas lo que yo hago, haz lo que yo digo". Contradicciones sensoriales: ese confuso tándem dolor-amor que presenta una sociedad católica (más de esto en la crítica de "Anticristo" (Lars Von Trier, 2009)). El caso es que nos encontramos con la necesidad de un proceso de negación de una parte de su identidad o de autodestrucción para salvar el escollo, destruir para construir algo sobre los escombros. Autodestrucción que se representa en esas autolesiones que se produce la protagonista. Esto es lo que necesita la protagonista, Nina: cargarse una parte de sí misma para superarse y sacar esa otra yo reprimida que no acaba de salir en el aspecto sexual por un lado y en el aspecto técnico por otro, interconectados realmente, como todo. En esta búsqueda de des-control o de destrucción del control juega un papel importante el personaje de Lily, que con sus salidas y su liberación sexual, es el canalizador perfecto para ella, aunque también contradictoriamente (una vez más) representa un amigo para esto y un enemigo para el trabajo en forma de competencia. ¿En el aspecto técnico? Sí, ella es perfeccionista en la técnica pero se le pide que meta espontaneidad y naturalidad en algo totalmente controlado y matemático. Buscando la "perfección de lo imperfecto", pero para ello tiene que dejar entrar algo de sí misma en el proceso. Cuando lo racional es control, lo que se le pide es el punto irracional de lo irracional. Y esto me lleva a pensar que ya no sé si hablo de Natalie Portman o de Nina. ¿Por qué?
Muy interesante la línea de dirección de actores que lleva últimamente Darren Aronofsky, que consiste (imo=in my opinion) en dar a los actores papeles que no tienen que interpretar tanto, porque ya forman parte de sus propias vidas. Actores que hacen de sí mismos. Y al menos así a primera vista (no conozco tanto la vida de los actores) veo tres:
- Natalie Portman, perfeccionista convencida, que siempre ha tenido papeles de chica buena y sensual pero no de la chica mala y sexual. Le está colocando en la película en el mismo dilema que vive en su propia vida de actriz. Y el paralelismo entre la danza y las actrices de Hollywood está más que a huevo: exigencia, competitividad y vida efímera: sólo unos años de carrera y muy pocos papeles para ellas más allá de los 40. Ejemplo, en la siguiente línea.
- Winona Ryder: en el papel de Beth está representada la antigua estrella en decadencia que ya no recibe papeles sabrosos, uy, perdón, que ya no recibe obras importantes como bailarina principal.
- Mickey Rourke: ¿No es evidente que en "The Wrestler" (Darren Aronosfsky, 2008) hace de sí mismo? Mickey Rourke incluso hacía boxeo. Pero el paralelismo entre su vieja historia de estrella de Hollywood y su vieja carrera como luchador exitoso está a huevo. Y la caída en el alcohol y las drogas no es ficción. Es parte de la realidad de su vida. El director le aviso sobre que el día que no apareciera en rodaje a su hora por sus problemas con el alcohol estaría fuera de la película, él cumplió y con creces marcándose uno de los papeles de su carrera.

LA SECUENCIA: la transformación final. Un final tan in crescendo como el que ya se marcara en "Requiem for a dream", acompañado por el mismo director de fotografía, consigue una comunión perfecta entre fondo y forma, entre imagen y contenido, sin contradicciones psicóticas, puro cine.
¿ESTRELLAS?: cinco, claro. ;)