27 de noviembre de 2016

La "intrépida"

El otro día mi chica fue a recoger a nuestra hija a la guardería y descubrió cómo le llamaban: “la intrépida”. ¿Por qué? Porque era “como un niño”. Con intrépida se refiere, por aclarar, a atrevida y valiente. Se sube a todas partes, escala, por resumir. Ese día cuando le recogió le habían hecho una coleta. Yo entiendo que como reacción o mecanismo compensatorio.

Mi primera sensación fue sentirme orgulloso. Me encanta el mote de “la intrépida”. Cuando “cambié de vida” me regalaron un cinturón que ponía “muerte al miedo y al orgullo” (una frase que yo repetía mucho por entonces). Creo que el miedo (el metamal, detrás de otros muchos males) y el orgullo (entendido como vanidad) son los dos enemigos principales para la felicidad del ser humano. Un momento después reflexioné sobre lo que estaba ocurriendo:

Mi hija tiene un año y tres meses y va a una guardería pública. Por supuesto que la valentía es un valor positivo, que se asocie al género masculino es cuestión cultural y educativa. Mi hija antes de gatear ya apretaba los brazos fuertemente imitando a su padre y yo la animaba riéndome. Siempre le hemos animado, tanto la madre como yo, a los retos físicos: ponerse de pie, escalar, subir y bajar sola de su carrito, no le tratamos con miedo aunque estemos cerca por si tenemos que saltar al rescate y eso es lo que le hemos transmitido. Que como reacción a esto, para equilibrar entendí yo, se le haga una coleta (que a ella le encantó y nosotros también le celebramos) es una atrocidad: ¿en el lado femenino está la belleza física?, ¿para compensar el valor las niñas tienen la belleza física? Esto habla mucho y muy mal (en mi opinión) de la sexualización de la educación. En conclusión:

No os engañéis, no es genético. Es cultural y educativo: mi hija no es niño ni niña a nivel educativo, porque nosotros no establecemos ninguna diferencia. Sólo educamos a una persona, nos da igual que tenga una rajita o un trozo de piel colgando entre las piernas, nos da igual si sentirá (o siente) atracción por hombres y/o mujeres, podrá elegir siempre, y sí, también podrá cambiar su elección. Por encima de su sexo es una persona. La lucha por el machismo empieza por la educación. Y sí, con un año y tres meses de edad ya hace tiempo que esta lucha empezó. Desde el nacimiento que no le hicimos pendientes (el padre tiene y la madre no), desde que en muchas ocasiones no saben por cómo va vestida si es niño o niña, desde que gente que le quiere mucho y tiene cerca le dice cosas como “las niñas no hacen esto”… Sí, es una "intrépida", y nosotros estamos trabajando en la dirección adecuada para justo compensar toda la educación sexista que produce estos comentarios en una niña y nunca los produciría en un niño.