15 de marzo de 2012

"Un buen chico" (Javier Gutiérrez, 2012) (Mondadori)



Me recomendó que lo leyera de principio a final. Y más que "así lo hice" debería decir "así ocurrió". Un disco (quise decir libro) que está concebido para ser leído desde la primera página hasta la última. Porque es conceptual, porque es redondo, porque está hablando todo el tiempo de la misma temática: el tiempo, el pasado, un presente que intenta tapar a un pasado. Pero como dice Nacho Vegas: "Ya no sé si merece la pena partir hacia otro lugar... Ya no sé si esta vez todo está dentro de mí y ya no puedo escapar". Es decir: incluso una huida, a un país extranjero, da igual porque la "mochila" ésa te la dejan pasar en todos los checkins y pasa todos los controles de seguridad, de ella no te libras.

Y justo el otro día hablábamos de "Nader y Simin. Una separación" (Asghar Farhadi, 2011), y ¿cuál es la clave? Pues la clave es la organización de la información pero no, no me refiero sólo a la organización, a la dosificación, eso que sabía hacer también Hitchcock, eso que sabe hacer tan bien Javier. Imagina ahora coger esta gran habilidad y mezclarla con el Iñárritu en su mejor momento de montaje en paralelo (que sí, que ya lo hacía Griffith en "The birth of a nation"(1915)). Pero no lo imagines pasando de secuencia a secuencia, imagínatelo en una escala mucho menor, menor todavía, menor. Ésa: la de los pensamientos, la de los diálogos (internos o externos), esas asociaciones, esa forma de acordarte, de saltar de una cosa a otra, que tiene la memoria de funcionar. Ésa es la forma y es la perfecta de hablar del pasado, y esto es un acierto: ajustar forma y fondo, característica común pero no única de las obras de arte. Y es que el señor escritor Javier Gutiérrez lo hace bien, muy bien.

El pero es el siguiente: éste es un gran disco (ehh, libro): tiene el sabor de Bret Easton Ellis; el ritmo urbanita de la noche del Jose Ángel Mañas de "Historias del Kronen", un poco del malditismo del mejor Loriga. Y, ¿esto es bueno? Lo es. Es como una banda con un disco en el que se puede saborear en cada acorde lo mejor de unas influencias que ya han hecho suyas. ¿Y el próximo disco? ¿Dejará de lado esto para alzarse con una voz única y personal? Quizás ya es así (desde luego lo es en ese continente perfecto para el contenido), quizás no es necesario (de esto hablo: Kurt Cobain dijo de "Smells like teen spirit" que era una canción que sonaba a Pixies), quizás es un anhelo imposible: Nuestro presente siempre incluye nuestro pasado. Y de esto habla este libro.

Malasaña (he oído que había que incluir esta palabra y ya había terminado de decir lo más importante).

¿De dónde vino el objeto?: Lo compré en formato físico.
¿A dónde irá?: A Arantxa, como sabía, tanto que hay una doble dedicatoria, una para el presente, otra para el futuro ("dueño").

2 comentarios:

María Rogel (Lapor) dijo...

Javi!!!!
Qué alegría que por fin te lo hayas leído ,que te haya gustado,
Yo me ando mordiendo las uñas y aguantando la ganas de debate desde que me lo leí y eso fue antes de la presentación.
Sí, tiene algo que no se puede parar no evitar, ces como intentar frenar una caída en picado.

Me hace gracia tu referencia al Vegas, el atormentado, que sé que te gusta mucho. Que nunca -o sí?- canto en inglés.
(Por cierto, aprovecho para decir que siempre me gustó más, él para mí sí es un poeta maldito).
Anyway.. viva Manata ray!!!

A mí me encanta de la novela la relación con la música.

Lo de las reacciones de la gente al leer la novela está siendo curioso, divertido.. La verdad es que la gente acaba muy impactada y afectada

Ah, si le quieres echar un ojo, yo tmb lo he posteado aunque ya sabes que estile es... ¡¡la chapa!! jajaaa

besotesssss

jabi dijo...

Lapor, ya comentaremos el libro la próxima vez que nos encontremos.
Viva Manta Ray, of course.
Me leí tu propia visión, como igual ya has visto...

Besos