Vi esta película con B. Donde yo me centré en una crítica a un tipo de vida-trabajo (en este caso "también" tándem inseparable) B. se centró en algo mucho más interesante: la relación de la madre con la hija.
Respecto a lo primero se conjugan en la danza factores como la disciplina, el individualismo, la competitividad, la ambición, el ansia de superación, el nivel de entrega (¿prostitución?) y de negación de todo lo demás (¿de una identidad también al entregarnos a algo que nos ocupa todo?) que forman la columna vertebral del capitalismo. No olvidemos que es un sistema que para crecer necesita alimentarse y para ello comer, tanto que a veces se come a sí mismo inventándose la comida. Pero la mayoría de las veces lo que se come para crecer es la vida de sus peones, que creen que engordan (y a veces ocurre) pero en su mayoría simplemente mueren en el proceso para alimentar a la bola grande, en plan Ósmosis (by the way recomiendo este juego...)
"Y hasta aquí puedo leer"- decía Mayra Gómez Kemp. Si no has visto ya la película no sigas leyendo.
Respecto a lo segundo es la típica relación de madre posesiva, que tiene una hija como quien se compra una perra. Ya hablé algo de este tema por aquí. La madre se ama a sí misma por encima de todo y ve a su hija como su posesión. ¿Cómo enfrentarse a esto cuando además la hija la idolatra? Pues sólo hay una opción: la destrucción del ídolo, aunque no es exactamente el ídolo lo que se destruye, es la imagen lo que hay que cargarse y no puede ser más evidente en la película con todas esas fotos... El caso es que el mensaje de la madre sobre el futuro de su hija está muy claro: no fui algo (por tu culpa), ahora te toca serlo a tí, que eres mi prolongación de vida para segundas oportunidades. Más concretamente algo como: "no fui bailarina porque me quedé embarazada de ti, no me falles ya que me jodiste la vida. Me lo debes".
Muy interesante la línea de dirección de actores que lleva últimamente Darren Aronofsky, que consiste (imo=in my opinion) en dar a los actores papeles que no tienen que interpretar tanto, porque ya forman parte de sus propias vidas. Actores que hacen de sí mismos. Y al menos así a primera vista (no conozco tanto la vida de los actores) veo tres:
- Natalie Portman, perfeccionista convencida, que siempre ha tenido papeles de chica buena y sensual pero no de la chica mala y sexual. Le está colocando en la película en el mismo dilema que vive en su propia vida de actriz. Y el paralelismo entre la danza y las actrices de Hollywood está más que a huevo: exigencia, competitividad y vida efímera: sólo unos años de carrera y muy pocos papeles para ellas más allá de los 40. Ejemplo, en la siguiente línea.
- Winona Ryder: en el papel de Beth está representada la antigua estrella en decadencia que ya no recibe papeles sabrosos, uy, perdón, que ya no recibe obras importantes como bailarina principal.
- Mickey Rourke: ¿No es evidente que en "The Wrestler" (Darren Aronosfsky, 2008) hace de sí mismo? Mickey Rourke incluso hacía boxeo. Pero el paralelismo entre su vieja historia de estrella de Hollywood y su vieja carrera como luchador exitoso está a huevo. Y la caída en el alcohol y las drogas no es ficción. Es parte de la realidad de su vida. El director le aviso sobre que el día que no apareciera en rodaje a su hora por sus problemas con el alcohol estaría fuera de la película, él cumplió y con creces marcándose uno de los papeles de su carrera.
LA SECUENCIA: la transformación final. Un final tan in crescendo como el que ya se marcara en "Requiem for a dream", acompañado por el mismo director de fotografía, consigue una comunión perfecta entre fondo y forma, entre imagen y contenido, sin contradicciones psicóticas, puro cine.
¿ESTRELLAS?: cinco, claro. ;)
2 comentarios:
Esta pelicula me remitía a Polansky, como trato la paranoia en Repulsion y El Quimérico inquilino. La verdad que cisne negro me encanto, a parte de la paranoia, seguro que como yo, muchos se sentieron atraidos por el ballet después de ver la película.
Tío, ¡bien visto el enlace con Repulsion! Esa casa es igual de claustrofóbica... Es verdad que anima a conocer, a mí me pasó al salir de Pina (Wim Wenders, 2011), muy recomendable si no la has visto ya, sales queriendo meterte más en la danza contemporánea...
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